¡Katherine ya es parte de la familia TEMPO!

Katherine Tempo

Katherine es una de las muchas mujeres que han acudido a nosotros con la idea de posponer su maternidad. A los 41 años se planteó si la congelación de óvulos era una opción para ella, ya que era consciente de que la fertilidad puede disminuir con la edad. Sin embargo, recibió consejos contradictorios e hizo que lo tuviera que pensar más detenidamente.

Nuestro objetivo en Tambre, y en concreto, en TEMPO es que las mujeres tengan toda la información necesaria para que, si deciden posponer su maternidad, lo tengan todo siempre claro y sus dudas puedan ser resueltas.

Ella nos cuenta que después de someterse a un primer ciclo con buen pronóstico, decidió seguir adelante. Pero surgió un imprevisto: el confinamiento propició que tuviese que posponer el tratamiento durante 6 meses.

Katherine encuentra Tambre y por ello, TEMPO

Katherine explica que su relación con nuestra clínica comenzó gracias a una amiga suya. Ella ya había considerado y elegido un camino particular respecto a su fertilidad: tener un plan B para la maternidad y hacerlo en el lugar adecuado. La amiga de Katherine había hecho una búsqueda exhaustiva de clínicas, y finalmente se sometió a su tratamiento en Tambre, destacando que su experiencia fue realmente positiva.

¿Qué diferencias hay entre España y Reino Unido a la hora de congelar óvulos?

«En primer lugar, tras investigar y asesorarme, me enteré de que España era reconocida internacionalmente por su pericia y experiencia como líder en reproducción asistida debido al tiempo que lleva dedicándose a la investigación y a los tratamientos de fertilidad,» nos cuenta Katherine. Esta fue su principal motivación para elegir España. Además, Katherine pensó que los precios de los tratamientos de preservación de la fertilidad son más asequibles en España, incluso añadiendo el coste de los vuelos y el alojamiento.

La libertad de elección de Katherine

La legislación sobre fertilidad del Reino Unido establece que los óvulos humanos sólo pueden congelarse durante un máximo de diez años por «razones sociales». Aunque era consciente de que, aunque hubiera sido posible, no habría utilizado sus óvulos después de ese plazo, no se sentía cómoda con el hecho de tener que hacerlo por obligación y no por elección.

Katherine también explica que en muchos de los centros que visitó en el Reino Unido sintió que formaba parte de un entorno muy impersonal y totalmente comercial. «Me pareció que faltaba una buena orientación,» dice.

Lo que Katherine destaca de su tratamiento con TEMPO

Otra característica de Tambre que Katherine quiere destacar es que no tuvo que enfrentarse a una enorme lista de espera, como le había ocurrido en otras clínicas. Añade que la experiencia general de los dos tratamientos a los que se ha sometido con nosotros ha sido bastante positiva. Nuestra paciente dice estar muy satisfecha tanto con la clínica como con los profesionales que trabajan aquí y que no ha sufrido problemas en ninguno de sus dos ciclos de congelación de ovocitos.

  1. La honestidad del equipo

Katherine reconoce, sin embargo, que se sintió más cansada durante el segundo ciclo, debido a los diferentes medicamentos que estaba tomando. «El equipo fue honesto y me dijo que sólo serían de utilidad los óvulos de mejor calidad, pues son los que aumentan las posibilidades de éxito. Aprecié su honestidad, ya que me informaron de que en el primer intento no había logrado los resultados esperados pero que estaban tratando de optimizar las circunstancias para siguiente ciclo», explica Katherine.

  1. La atención personalizada

Además, Katherine señala que valora la filosofía Tambre, que dicta que hay que ofrecer una atención personalizada a cada uno de los pacientes, teniendo en cuenta sus circunstancias y necesidades. «El equipo fue muy bueno y, tras conocer mejor cómo reaccionaba mi cuerpo, fueron capaces de trabajar conmigo para cambiar el enfoque y controlar el progreso», afirma.

El mensaje de Katherine

Katherine está ahora segura de que los óvulos que utilizará en el futuro para lograr la maternidad son de excelente calidad. El proceso ha sido sencillo para ella, a pesar de tener que viajar a España para someterse a sus ciclos de vitrificación de óvulos. «No puedo estar más contenta con Tambre, tienen un enfoque empático y profesional, además de 40 años de experiencia», concluye Katherine.

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